Los trastornos afectivos son enfermedades en las cuales se altera fundamentalmente la afectividad o el humor de las personas; dicha alteración puede consistir en estados de ánimo depresivo o un estado de ánimo elevado.
Dentro de los
trastornos afectivos nos encontramos los siguientes cuadros clínicos:
-
Episodios
depresivos
-
Episodios
maníacos
-
Episodio
mixto
-
Episodio
hipomaníaco
-
Trastorno
distímico
-
Trastorno
bipolar I y II
-
Trastorno
ciclotímico
Episodio depresivo mayor: durante un período no menor de dos semanas, existe un
estado deprimido o pérdida de interés o placer en la mayoría de las
actividades.
Se deben
experimentar, además cuatro síntomas de una lista que contiene:
1.
Cambios
de apetito o de peso
2.
Cambios
del sueño o de la actividad psicomotora (insomnio, muy frecuente)
3.
Falta
de energía
4.
Sentimientos de infravaloración, inutilidad o
culpa
5.
Dificultad
para pensar, concentrarse o tomar decisiones
6.
Pensamientos
recurrentes de muerte
7.
Ideación,
planes o intentos suicidas
Un episodio
depresivo mayor no es atribuible a efectos de drogas, medicamentos o tóxicos.
Raras veces se involucra en acciones delictivas. El acto que con más frecuencia
planifica y ejecuta es el suicidio; esta planificación puede incluir el
homicidio de sus seres queridos, guiados por ideas delirantes, nihilistas,
seguido del acto suicida. Sin embargo, pueden fallar en el suicidio luego de
ejecutar el homicidio y esto los convierte en autores materiales de un hecho
criminal grave, situación que sin lugar a dudas agrava su cuadro depresivo, y
que será predisponente para futuros intentos suicidas. Algunos depresivos
pueden declararse culpables de delitos que no cometieron con el único propósito
de obtener castigo, repudio y reclusión.
Episodio maníaco: Clasificaciones del DSM-IV y CIE-10 coinciden en el número
de síntomas para este cuadro. Esto es, tres síntomas si el estado de ánimo es
disfórico, y 4 si es de naturaleza irritable.
Los criterios
son los siguientes:
1.
Período
de ánimo anormal y persistentemente elevado (expansivo o irritable), que dura
por lo menos una semana. Cuando es necesaria la hospitalización, no cuenta el
tiempo.
2.
Persistencia
de tres o más de los síntomas siguientes durante el período de alteración:
a.
Autoestima
exagerada o grandiosidad
b.
Disminución
de la necesidad del sueño
c.
Verborreico
o hablador
d.
Fuga
de ideas, aceleración del pensamiento
3.
Propensión
a la distracción (se desvía fácilmente hacia cualquier estímulo externo).
Agitación psicomotora o aumento de la actividad intencional.
4.
Excesiva
implicación en actividades placenteras con posibles consecuencias graves
(indiscreciones sexuales o inversiones económicas riesgosas).
El trastorno del
estado de ánimo provoca deterioro laboral o de las actividades habituales, y
exige hospitalización. Los síntomas no corresponden a efecto de droga,
medicamento, tratamiento o enfermedad médica.
Son los
pacientes maníacos, en su fase aguda, los más proclives a envolverse en actos
criminales, particularmente porque en ellos predomina una marcada exaltación
del ánimo y una evidente agitación psicomotriz, hecho que los convierte en
sujetos irritables e hiperactivos, incurriendo a veces en escandalosas
perturbaciones del orden público, abusos incontrolados de alcohol o sustancias estupefacientes
e incluso transgresiones a normas fundamentales de comportamiento que incluyen
delitos de tipo sexual.
Lo más frecuente
es observar como el paciente maníaco llega a involucrarse en acciones contra la
propiedad guiado por ideas delirantes megalománicas o de grandiosidad en los
cuales se siente poseedor de grandes bienes y fortuna, con un afán desmedido en
el gasto, siendo este dispendioso e incontrolado (p.ej. estafas, empresas
fraudulentas y dilapidación de fortunas o bienes).
Cuando son
contrariados pueden responder de forma violenta debido a exaltaciones del humor
o a estados de irritabilidad. Esta respuesta explosiva puede conllevar a
agresión a bienes y personas, pero como un acto inminentemente impulsivo. Generalmente
no llegan al homicidio, pues hay en
ellos una total falta de premeditación debido a, fundamentalmente, la
aceleración del curso del pensamiento (fuga de ideas), que le impide la presencia
de ideas perseverantes.
Episodio mixto: Se alternan con rapidez síntomas de episodio depresivo
mayor con aquellos de episodio maníaco. Su duración es mayor de una semana; y la
alteración es suficientemente grave para causar deterioro social, laboral o
requerir hospitalización. Los pacientes pueden estar desorganizados en el
pensamiento o en el comportamiento.
Episodio hipomaníaco: los criterios del DSM-IV son los siguientes:
1.
Período
delimitado (mayor de cuatro días) durante el cual hay un estado de ánimo
anormal y persistentemente elevado. Durante el período del trastorno han
persistido tres o más de los síntomas siguientes:
a.
Autoestima
exagerada o grandiosa
b.
Necesidad
de sueño disminuida
c.
Verborreico
y hablador
2.
Fuga
de ideas o pensamiento acelerado
3.
Fácil
distracción antes estímulos externos
4.
Agitación
psicomotora o aumento de la actividad intencional. Se involucra exageradamente
en actividades placenteras y con potencial de consecuencias graves
a.
Episodio
asociado a cambio de actividad
b.
Alteración
de ánimo y de cambio de actividad, que es notorio para los demás
c.
Episodio
que no tiene gravedad de provocar deterioro laboral o social
d.
Los
síntomas no son atribuibles al efecto de droga, medicamento o tratamiento, ni a
enfermedad médica.
Episodio distímico: Es un estado de ánimo crónicamente depresivo,
presente la mayor parte del día, al menos durante dos años. Se describen como
tristes o “desanimados”. Durante los periodos depresivos puede haber
alteraciones del apetito, alteraciones del sueño, falta de energía y cansancio,
baja autoestima, desesperanza y dificultad para concentrarse. No se acepta
diagnóstico de trastorno distímico si alguna vez presentó episodio maníaco,
mixto o hipomaníaco, o si hubo criterios para trastorno ciclotímico.
Trastorno bipolar I: la característica principal es un curso con uno o más
episodios maníacos o mixtos. Es un trastorno recidivante. Alrededor del 60 a
70% de los episodios maníacos surgen inmediatamente antes o después de un
episodio depresivo mayor. El intervalo entre los episodios tiende a disminuir
conforme envejece el paciente. Entre los episodios maníacos o depresivos, suele
haber normalidad total.
Trastorno bipolar II: Se caracteriza por la aparición de uno o más episodios
depresivos mayores con al menos un episodio hipomaniaco. No debe existir ningún
episodio maníaco ni mixto. Los síntomas causan deterioro o malestar clínico,
social, familiar y laboral importantes.
Trastorno ciclotímico: Su característica es un trastorno del estado de ánimo
crónico, con numerosos períodos hipomaniacos y otros síntomas depresivos.
Durante un periodo de dos años, todos los intervalos libres tienen una duración
menor de dos meses. Después de los dos años iniciales del trastorno
ciclotímico, puede haber episodios maníacos o mixtos superpuestos al trastorno
ciclotímico. En este caso se diagnóstica trastorno ciclotímico y trastorno
bipolar I.
En términos generales, la inimputabilidad, es la regla común, ya sea en los cuadros
depresivos o en los cuadros maníacos activos, aun cuando en estas ocasiones el
enfermo pueda reconocer lo ilícito de sus acciones, es incapaz de controlarse,
por lo profundo del trastorno que lo impulsa a actuar.
Una de las
mayores dificultades en detectar el grado de imputabilidad se encuentra en que
se trata de una enfermedad que evoluciona por fases, con períodos intercrisis
de entera normalidad; pudiendo ocurrir que para el momento de la evaluación el
individuo se encuentre en condiciones de normalidad pero no así para el momento
del hecho punible. O puede ocurrir lo contrario, es decir, para el momento del
delito estuviese en la fase de intercrisis y enfermo para el momento del
peritaje.
Por ello no es
fácil determinar el estado mental para el momento del delito, sin embargo,
asumiendo que un individuo con esta
patología presente como primer síntomas de la enfermedad una alteración que lo
lleve a violar una norma y se note en aparente normalidad en ese período.
Bibliografía
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